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Es el primer libro que leo de Atwood, y sin duda buscaré más de ella. Su forma de narrar envuelve, su historia es sorprendente, entregada por bocados para ir enredando al lector en esta singular distopía que no permite dejar el libro de lado. La historia -o lo que quiere decir con ella- sigue con vigencia hoy en día, el misterio que envuelve la narración la hace deslumbrante, y el final tiene esos giros que satisfacen la fidelidad del lector, dejando más preguntas e hipótesis que verdaderas respuestas... Que en mi opinión no son necesarias, todo lo que necesitamos saber para crear la historia en nuestras cabezas está ahí. "...Pero recuerda que el perdón también es un signo de poder. Implorarlo es un signo de poder, y negarlo o concederlo es un signo de poder, tal vez el más grande." |
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