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La historia de El cuento de la criada se desarrolla en una sociedad distópica futura al más puro estilo Orwell. A través de Defred, que narra en primera persona su historia mediante sus recuerdos, conocemos también su presente en la República de Gilead, (antiguos Estados Unidos) una teocracia organizada de manera arcaica y basada en una interpretación extrema del Antiguo Testamento. En la que las mujeres han quedado relegadas a los papeles de esposa, madre o ama de casa. Nuestra protagonista ha sido despojada de todo y convertida en lo que ellos llaman criada. Educadas en centros especiales en los que destruyen su conciencia individual, llegando a perder incluso sus nombres, y donde las preparan para su futuro papel: recipiente fértil para la simiente de los hombres con esposas estériles. Ahora serán propiedad de ellos, de ahí el uso de nombres como Defred (que pertenece a Fred), Deglen o Dewarren. La autora nos muestra de una manera escalofriante todo lo que se les puede arrebatar a las mujeres: libertad, trabajo, dinero, posición social, sexo... No es un libro amable, pero desde la primera página quieres saber más. Esto hace que sea una lectura adictiva y al mismo tiempo te hace sentir emocionalmente incómoda en muchas situaciones. Me parece que es un libro que todos deberían leer. Absolutamente recomendable y necesario |
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