Alias Grace

Pensemos en la Historia. La Historia con mayúscula, la Historia universal, la que se estudia, la que se escribe para no ser olvidada. Pensemos en los dueños de las intrigas que componen la Historia, quienes nos ofrecen un relato y nos dejan la duda de si su relato fue verdad, La verdad o su verdad. O ninguna verdad en absoluto.

En Alias Grace, Margaret Atwood nos habla desde la boca de una mujer que brilló por la intriga que generó a mediados del siglo XIX en Canadá. Grace Marks fue uno de esos personajes históricos que dejó muchas preguntas y ninguna certeza. A los 16 años, fue acusada de asesinar a Thomas Kinnear, dueño de la casa donde Grace trabajaba como criada, y a Nancy Montgomery, ama de llaves de la residencia. A través de los capítulos, entre cartas, entrevistas con un alienista moderno y confesiones, conoceremos la palabra de Grace, aún privada de su libertad años después de los hechos, quien nos presenta su historia (o una historia). Palabra que oscila entre luces y sombras, verdades y mentiras; dando al lector la oportunidad de elegir entre un acto de fe o la incredulidad.

Es innegable que Atwood tiene una pluma muy hábil si hablamos de testimonios. Como en varios de sus libros, el testimonio de la protagonista es íntimo y detallado; la autora consigue que conectemos empáticamente con las tragedias vividas por los inmigrantes y los trabajadores en épocas de rebelión, colonias y guerras. Consigue que deseemos un futuro mejor, una oportunidad improbable, un momento de paz para la ingenuidad, la bondad ciega, la calma que Grace profesa. La pluma de Atwood es así, ya lo sabemos. Pero, en este caso, la autora da un paso más y construye también un velo de incertidumbre, la sensación de que nos están mintiendo en la cara. Tanto los testimonios de otros personajes como los de la misma Grace confunden y perdemos la seguridad de estar leyendo la verdad o un mero relato inventado. O una mezcla de ambas cosas.

Por otra parte, otra gran virtud de esta historia es el recorrido por la historia de la batalla entre religión y ciencia que caracterizó la época, con el desarrollo de la psiquiatría como protagonista. Nociones como la histeria, el sonambulismo, la doble identidad, la amnesia y los sueños, entre otras, cobran relevancia absoluta en la investigación científica, de la cual Grace es objeto durante toda la lectura. En este sentido, cada voz logra representar a cada una de las escuelas más influyentes en sus intentos por encontrar algo de luz en las profundidades del alma. Un alma que muchos identificarían como subconsciente.

A pesar de que algunos episodios epistolares o reflexivos pueden resultar un poco lentos y hasta innecesarios, cada párrafo de la historia de Grace le da sentido a la lectura en la eterna necesidad humana de descubrir qué fue lo que realmente pasó. Descubrir qué es verdad y qué es mentira es el motivo de inspiración tanto para lectores como para actores en el libro.

Parte del final de la historia de Grace está escrito en la Historia. Y después de la lectura, nos quedará la duda de si realmente todo lo que entra en la Historia fue verdad. O una verdad. O ninguna verdad en absoluto.

Al fin y al cabo, ¿Qué es la Historia si no una serie de historias que pueden ser verdad y mentira a la vez?

La Maga.

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