Si en tus recuerdos ves algún día entre la niebla de lo pasado surgir la triste memoria mía medio borrada ya por los años, piensa que fuiste siempre mi anhelo y si el recuerdo de amor tan santo mueve tu pecho; nubla tu cielo, llena de lágrimas tus ojos garzos; ¡Ah! no me busques aquí en la tierra donde he vivido, donde he luchado, sino en el reino de los sepulcros donde se encuentran papaz y descanso! |