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Primero y ante todo, hablemos de Aaron. ¡Ay, Aaron! ¡Qué personaje más increíble! Literalmente, ha establecido un nuevo estándar en mi lista de crushes literarios. Su comprensión, su responsabilidad afectiva... ¡es una green flag andante en un mundo lleno de banderas rojas! 😍. Pero, (¡siempre hay un pero!), no todo fue color de rosa. Hubo momentos en los que Catalina, la protagonista, me sacó de quicio. A pesar de entender sus sentimientos y sus luchas internas, me desesperó ver que no valoraba lo suficiente a Aaron. Este chico se esforzaba al máximo por ser mejor para ella, para darle las afirmaciones que ella necesitaba, y a veces quería darle una bofetada a Catalina para que se diera cuenta de lo que estaba dejando pasar. Pero no se preocupen, porque en las últimas páginas, Catalina se redimió de una manera que me dejó satisfecha y le terminé perdonando todo. El manejo de la situación fue bueno, y cerró la historia de una manera que compensó mis frustraciones anteriores. Ah, pero no puedo dejar de mencionar lo que me enamoró por completo: El desarrollo del romance, ¡tan slow burn que la tensión entre los protagonistas era palpable, se podía cortar con un hilo! La dinámica de enemies to lovers es simplemente superior 😩😩😩, te mantiene atrapado literalmente hasta el final de sus páginas (me lo leí literalmente en un día así que créanme cuando se los digo JAJAJA). Este libro es un must read para todos los amantes del “enemies to lovers”, del “slow burn” y, ¿cómo olvidarlo?, del cliché de “una sola cama” 🛐🛐. Así que, si te emocionan todos estos, ¡no lo pienses dos veces! Enlace: https://instagram.com/p/C3i_.. |
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