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A ver cómo lo digo: la temática me sabe oportunista además de benevolente. Contar una historia, haciéndose eco de lo que se ha vivido en el País Vasco durante años, edulcorando la barbarie tal y como el autor lo plantea, disculpando, ya de paso, los actos terroristas para, a través de una historia de dos familias encontradas, dar a entender que no hay buenos ni malos, o lo que es peor, que ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos no me encaja. En esta novela el crimen queda relegado a la pura anécdota, y se reviste a los asesinos de un aura de perdón a los que debemos comprender, ya que o no querían hacerlo o eran unos mandados. Además, la prosa es cansina. El autor, al que únicamente hay que agradecer que los capítulos sean cortos, ha querido imprimir las típicas formas de expresión vascas que aburren y destrozan, por lo cortantes que son, el ritmo de la novela. Y cuando no, solo se expresa a base de preguntas que están ya contestadas o que vienen contestadas por la lógica. Es un best seller, eso no voy a negarlo y más tras la difusión conque se publicitó. Pero, precisamente, eso no significa que sea un gran libro. Tras leerlo me ha decepcionado. Y aquí sí me arriesgo a acuñarlo con una expresión que le va como anillo al dedo: "Mucho lirili y poco lerele". Enlace: https://instagram.com/los.li.. |
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