Me encantó el estilo en que está escrito. No encontrarás un lenguaje críptico, culto, inaccesible... al contrario, es un lenguaje cercano, de la calle. La personalidad de los personajes se muestra naturalmente, se sugieren en sus formas de hablar y se sustentan en unos hechos narrados con la fluidez que permite un curso accidentado. Esto no quiere decir que se sientan plenos, que sean más o menos felices. Quiere decir que son sólidos, creíbles. Dolorosa la historia de aquellas familias. No confronta al lector con el terrorista, no directamente al menos. Pone a éste en su sitio y al lector en cualquiera que elija, pero acompañándolo eventualmente al interior de una vida condenada de la mano de algún personaje secundario. Una obra muy recomendable. |