Este es un libro que hay que leer sin expectativas, tranquilamente, sin prisas y con detenimiento. Son cinco historias que nos van encaminando a un final plácido, poético y relajante. La última historia es la que más me ha gustado, por sus reflexiones y quizás porque ya me había leído los anteriores capítulos y estaba ya en modo zen. No es que sea un librazo, no lo he sentido así, pero te deja un poso agradable en la mente y me he sentido muy a gusto leyendo este libro. Muy oriental, filosófico y a la vez con dilemas para hacerte pensar sobre la vida. |