La mirada de una bruja

Digna continuación de lo que, creo, será una trilogía. Tras “Una bruja sin escoba”, en la que conocemos a Diana y a los personajes que la rodean, tenemos esta segunda parte, en la que la bruja empieza a asumir su naturaleza y a descubrir algunas de las cosas que puede hacer.
Aunque en principio es un libro de fantasía urbana, no se limita solo a eso, no se centra en las habilidades de las brujas, en las pócimas, en la lucha contra el mal,... sino que trata mucho más a las personas, sus relaciones, como afectan los actos de unos a los otros, y, sobre todo, de como se establece una amistad.
Pese a los cambios provocados por Diana al no saber como controlar sus poderes, se vuelve a encontrar con los extraños habitantes del bloque en el que vive y con los que llega a tener una relación muy íntima, sintiéndose protegida, y, sobre todo, confortada y apoyada; cosa que no conseguía en la relación con su novio.
También sigue buscando pistas sobre sus orígenes, sobre quién es en realidad y como llegar a desarrollar sus habilidades.
Está narrada en primera persona, por parte de Diana, por lo que conocemos lo que piensa, sus razonamientos, sus impresiones... con esto, la autora da mucha más importancia al desarrollo de Diana como persona, a su interés por conocer y ayudar a sus amigos, a como respondes estos a las diversas situaciones que se plantean; dejando un poco de lado la parte “sobrenatural” de la obra. Casi me atrevería a decir que el libro sería igualmente interesante si se tratara de personas normales: exceptuando algunas situaciones concretas provocadas por la magia, lo que tenemos es un grupo de personas que, a pesar de todas sus diferencias, llegan a congeniar, a conocerse a fondo, a formar un núcleo casi familiar.
Esperando el siguiente!!