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Comienzan las clases después del verano y Casey, nuestra protagonista, no entiende por qué ve cosas que resultan invisibles a los demás y por qué no deja de ver mariposas negras... Así que se refugia en el libro que está leyendo. Paralelamente, Perséfone baja al inframundo... En esta historia encontraremos dos narraciones paralelas; por una parte Casey, que mantiene un ambiente de confusión hasta casi el final del libro, porque no entendemos qué le está pasando, por qué ve lo que ve y por qué los que la rodean se comportan cómo lo hacen; y, por otro lado y con una tipografía distinta, conoceremos la historia de Perséfone a través del libro en el que Casey se refugia. Lejos de lo que pueda parecer, esto no es un retelling de Hades y Perséfone, sino que la autora les hace un homenaje precioso a través de la oda a la fantasía que supone este libro. A través de sus páginas seremos testigo de cómo la autora redibuja el mito para convertirlo en algo nuevo lleno de simbolismo y significado. Todo ello relacionado con las palabras, la escritura y la fantasía. Otro punto que cabe destacar de esta historia son los inicios de capítulo que, además de ser preciosos, son citas famosas escogidas personalmente por la autora y que se relacionan de cierta forma con el contenido del capítulo, siempre con temáticas específicas, como el proceso creativo en general, la fantasía o la escritura en particular. Del mismo modo, la autora imprime una gran importancia a la música, ya que diversas canciones nos acompañan a lo largo de la narración y ponen banda sonora a los acontecimientos que estamos leyendo y esto es algo que me gusta porque, de alguna forma, te permite conocer el estado de ánimo de la protagonista según lo que escucha o los sentimientos que la embargan según la melodía que suena a través de sus auriculares. Todo el libro está envuelto un aura creativa y en muchos de sus capítulos se ofrecen diversos consejos sobre escritura que, a parte de estar relacionados con la historia, ofrecen ayuda a aquellos que estén interesados en escribir o en la creatividad. Además, a través de estas conversaciones conocemos más de Casey, de su personalidad, sus inseguridades y su pasado. de hecho, el profesor de escritura de Casey ha sido uno de mis personajes favoritos por toda la implicación que tiene. A opinión personal, me ha maravillado de principio a fin. Cuando empecé sentía intriga por saber qué le pasaba a Casey y por seguir viendo más de Perséfone y Hades, ya que la historia que nos relata Sandra es distinta a la que conocemos y está llena de simbolismo. Pero es que, a medida que se acerca el final, la historia completa da un vuelco, lo entiendes todo y cambia por completo la percepción que tienes de lo que habías leído hasta el momento; te hace ver los capítulos pasados con nuevos ojos. Yo he sentido este libro como un abrazo y un refugio. Lloré mucho con el final y me hizo sentir bien a la vez... Es que la autora escribe de una forma tan bonita que llega al corazón. Al final, la dedicatoria de este libro es un buen resumen de lo que vamos a encontrar: es un refugio para aquellos a los que la fantasía nos salva o nos ha salvado en algún momento; ya sea porque la disfrutamos, porque nos ayuda a evadirnos o porque nos ha venido bien en malos momentos personales. En general, una historia escrita de forma preciosa; un homenaje a la fantasía y al mito de Hades y Perséfone que me acompañará durante mucho tiempo y que pienso releer más de una vez. |
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