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Se trata de una novela negra escrita por Andrée A.Michaud, escritora francófona canadiense que, pese a escribir de una manera elegante me ha resultado pesada, tal vez porque es una novela en la que apenas existen los diálogos y aunque las descripciones de las situaciones están muy logradas, hacen que el ritmo se ralentice. Nos situamos en agosto, año 1967, en Bondreé una zona al norte de Maine fronteriza entre Estados Unidos y Canadá. Es una zona forestal formada por el lago Boundary Pond , el camping y las cabañas adyacentes, lo que hace que sea un lugar fantástico como zona de vacaciones. Hasta allí se desplaza el inspector Stan Michaud para llevar a cabo la investigacion por la desaparición y posterior muerte de una joven, Zaza Mulligan. Lo que parece ser un accidente, pronto se convierte en lo que el inspector cree obra de un asesino en serie, cuando aparece, pocos días después, en circunstancias muy parecidas, otra joven: Sissy Morgan. Ambas víctimas, son dos adolescentes amigas inseparables un poco alocadas y frívolas, en esa edad en la que comienza a despuntar la belleza adulta. La autora nos va narrando los sucesos que dan lugar a trama, a través de los ojos de una joven protagonista de 12 años y del inspector de policía, jugado a veces con un narrador en primera persona, observador directo de lo acontecido y otras en tercera, como mero testigo. Merece la pena destacar, como dije al principio, las descripciones tanto del bosque como de los escenarios de los crímenes, con las que consigue crear una atmósfera de gran belleza pero a la vez misteriosa e inquietante. Sensación que se acrecienta al hacer mención a un pasado oscuro del bosque donde un trampero que vivía en él se ahorcó por un amor no correspondido. Pero lo que podría ser un punto a favor, en este caso, se convierte en todo lo contrario al menos para mi parecer, ya que la atmósfera, el escenario y la leyenda sobre el bosque y sus antiguos habitantes, acaba cobrando tanto protagonismo en la novela que la investigación del quien, el cómo y el porqué del crimen pasa a un segundo plano. Me ha gustado como plantea la psicología de los personajes reflejando los cambios que se producen en cada uno ante la crueldad humana y cómo se va acrecentando una sensación de desconfianza entre todos los habitantes de este lugar que todos creían seguro. En especial me gusta mucho el personaje de la protagonista, una niña inteligente, que por su edad aun no es capaz de ver la maldad que puede esconder dentro el ser humano, y en la que vemos como todos estos sucesos hacen que deje atrás la niñez antes de tiempo y con ello la pérdida de esa sensación de seguridad que se siente en la infancia en el entorno familiar. Con su forma de ver el mundo, su manera de observar y analizar cuanto la rodea, iremos avanzando a través de las páginas del libro. Como parte negativa, también decir que pese a ser una novela con un lenguaje cuidado, tiene demasiados personajes secundarios que hace que a veces te pierdas con tanto nombre y además tiene bastantes frases en francés e inglés. Y como no tiene ni anotaciones a pie de página ni al final del libro, hace necesario recurrir a un traductor si no los dominas para saber qué es lo que dice. |
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