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Debo admitir que lo primero que me cautivó de esta novela fue su portada y su sinopsis. Es por ello que me aventuré a darle una oportunidad y, a pesar del bloqueo lector que tenía entonces, conseguí engancharme como nunca. Creo que lo que más he disfrutado, por encima de todo, ha sido la magnífica ambientación creada por la autora así como la originalidad de los personajes y sus facultades. Nos encontramos ante un reino gélido repleto de seres sobrenaturales que son tratados de manera discriminada por el simple miedo que sienten hacia ellos, hacia su poder. Un reino fragmentado y caótico debido a la muerte de su rey, supuestamente a manos de su hija Ana, la protagonista de esta historia. Ana es una afinita que desarrolla el poder de controlar la sangre, esta es acusada injustamente de asesinato y la única opción que le queda es huir, sobrevivir y buscar venganza; descubrir quién le traicionó y por qué. Para ello buscará la ayuda de un famoso timador y ladrón, que se convertirá en algo más que un aliado, y cuyos destinos compartirán un mismo objetivo; la venganza de aquellos que les quitaron todo. En cuanto a la pluma de la autora; es bastante ágil ya que hay acción en todo momento y algunos giros inesperados.
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