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Tiene mucho mérito escribir una distopía en la época que estamos, cuando es un tema del que se han escrito muchas y grandes novelas. 1984, Fahrenheit 451, Un Mundo Feliz, V de Vendetta o Rebelión en la granja por poner algunos ejemplos de los que bebe esta obra, la cual se hace un hueco entre ellas de manera notable. Siendo una novela de ficción, basada en una isla en la cual hay instaurado un régimen totalitarista en la que el control de los escasos recursos se basa en la alienación de las personas por medio del trabajo y la falta de acceso al conocimiento, así como en la violencia ejercida para el control de estos aspectos, tenemos ejemplos en nuestra historia reciente que hacen que esta novela sea desde mi punto de vista muy realista. Este control de recursos es como no usado para mantener los privilegios de una minoría de la población sobre la mayoría que vive en la pobreza. El título (en alusión a la obra de Platón), la frase de la portada " El trabajo nos hace libres" usada por los nazis en las entradas de muchos de sus campos de concentración y la frase con la n tachada quedando "El trabajo no os hace libres", como clara alusión al Marxismo en contrapartida del mensaje anterior, es un gran indicativo de lo que nos encontraremos en esta obra. Más allá de todas estas referencias, la forma en la que Manuel crea este mundo distópico y desarrolla los personajes me parece excelente. Fauno y Hermes (ejecutores del sistema, encargados de mantener el orden establecido sin apenas restricciones en los métodos usados para conseguirlo), son las dos caras de la moneda que deberían estar siempre en perfecto equilibrio. Comienzan a distanciarse al darse cuenta uno de ellos de la realidad, desde un enfoque mucho más amplio que este sistema totalitario le permite. La mecha ya estaba implantada en él y la llama es un simple niño y su hermana, los cuales hacen que esa venda que no le permitía ver la realidad al completo caiga, y a partir de ese momento todo cambie. Aunque poco a poco nos vayamos haciendo una idea del final, en esta obra lo importante es el camino y el mensaje, el cual queda fijado con frases emblemáticas. Este excelente desarrollo de personajes hace que llegues a empatizar con ellos, incluso en ciertos aspectos con los "malos", los cuales todo sea dicho, también son victimas del sistema implantando. En definitiva y sin dar más detalles que destripen la obra, es un viaje que recomiendo sin duda, es más, dado todos los conceptos usados en ella, bien valdría como forma de iniciar a la juventud en ellos, de una forma amena y divertida. Es la segunda obra que leo de Manuel, y por supuesto que le seguiré leyendo y le animo a seguir escribiendo. |
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