El Lazarillo de Tormes

Estaba acostumbrada a leer libros con personajes que ya estaban hechos y en este libro tenemos a un muchacho que, conforme avanza la historia, va creciendo y va madurando. La visión que tiene de la vida, algo ingenua, se va convirtiendo en una visión amarga, motivada por sus experiencias negativas en el servicio que va prestando a distintos amos.

Precisamente ese crecimiento es lo que me parece más interesante de la novela porque la experiencia es la que va cambiando el carácter del joven y esa enseñanza la podemos aplicar a nosotros mismos que vamos creciendo, aprendiendo y equivocándonos como él.

Por la narración autobiográfica van pasando una serie de amos (el ciego, el escudero, el clérigo...) a los que se les va caracterizando de una forma crítica y humorística como representantes de una sociedad hipócrita y enferma que no tiene valores y en la que todo vale con tal de conseguir los propósitos que cada uno quiere. Esa crítica, incluso a la iglesia, justifica que el libro sea anónimo.

Al final de la historia, Lázaro tiene un empleo y una vida digna pero todo ello a cambio de aceptar una situación deshonrosa: está casado con la criada de un arcipreste, que parece que es su amante. ¿Acepta la situación para mantener su posición social? Una pregunta que tiene mucha actualidad en los tiempos en que vivimos pues la dignidad se deja muchas veces de lado para obtener un beneficio.

La historia de Lázaro me despierta ternura cuando vea cómo le maltratan sus amos y la vida y, también, un cierto pesimismo sobre la condición humana y la sociedad.