Y pensé, como todas las noches desde hacía once años, que amaba a aquella chica. A esa mujer. A esa niña y a su corazón en el ojo. Nada más y nada menos que al ser humano más increíble que jamás haya pisado la tierra.
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Y pensé, como todas las noches desde hacía once años, que amaba a aquella chica. A esa mujer. A esa niña y a su corazón en el ojo. Nada más y nada menos que al ser humano más increíble que jamás haya pisado la tierra.
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Nous aurons toujours Paris
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Mi irrepetible... y ahora eterna niña del corazón en el ojo.
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Emilia Lamoreaux fue el más bello de los anticiclones. Un imán tan fuerte que nadie pudo resistir su atracción
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¿Cuál fue la primera obra escrita en verso en lengua castellana?