La casa de los espíritus

La casa de los espíritus, primera novela de Isabel Allende, fue el libro con el cual me inicié con la autora, y el que hizo que me enamorase completamente de su estilo. Lo que mucha gente no sabe es que, años después, la autora completó la historia familiar, remontándose a generaciones anteriores en estas otras dos novelas. Personalmente, las enfrenté con un poco de miedo de que quedaran en un segundo plano, pero son dos muy dignos compañeros de trilogía.

En esta gran historia familiar, narrada a través de distintas generaciones, podemos vivir de cerca la evolución de los Valle-Trueba, rodeada de conflictos familiares, acentuados con un clima político candente, en pleno golpe de estado chileno. Los personajes de estas tres novelas tienen un desarrollo brutal, consiguiendo que logres empatizar incluso con los mayores antagonistas de la novela.

Se abordan de lleno temas como el sistema patriarcal en las familias, la violencia machista, la lucha feminista, las desigualdades sociales y los conflictos políticos y económicos en América del sur. Por si fuera poco, todo esto se acompaña de toques de realismo mágico, que para mí son la guinda del pastel.

El estilo narrativo de Allende, caracterizado por usar frases muy largas en párrafos interminables, casi carente de diálogo, puede parecer que resultará pesado, pero por el contrario, para mi tiene un efecto inmersivo y una vez que cojo el libro es como si me llevará entre las páginas, pese a tener un ritmo más bien pausado.

Tengo claro que es una historia a la que volveré una y mil veces.
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