Es una maravilla. Prosa ligera, amena, divertida, ácida e inteligente. Los que le adoramos le reconocemos en cada frase. Es él el que escribe, el que narra y el que relata. Mención aparte merece el que esta novela haya sido escrita çintegramente con máquina de escribir. Así es nuestro Woody: maniático, concienzudo, genuino y único. Todo un personaje. Me ha encantado.
|