Es la segunda parte de Aristoteles y Dante descubren los secretos del universo. La historia sigue a Aristóteles y Dante, mientras navegan por los desafíos de la vida y sus propias identidades en un entorno tejano en la década de los 80. La narración es profundamente emotiva y evoca la lucha de los personajes por comprenderse a sí mismos y el mundo que les rodea, es una conmovedora exploración de la amistad y el descubrimiento de la identidad en la adolescencia. La prosa de Sáenz te permite sumergirte en las emociones y pensamientos de los personajes. La lectura es ligera ya que los capítulos son cortos. La relación entre Ari y Dante es el núcleo de la historia, y su desarrollo a lo largo de la trama es sincero y hermoso de presenciar. El libro aborda temas de identidad sexual, racismo, familia y amor de una manera reflexiva y realista. Los personajes son auténticos, lo que hace que sea fácil empatizar con sus luchas y triunfos. Este libro ha sido como un abrazo, sin duda lo recomiendo. Eso si, preparar pañuelos |