Un hijo

Me llaman mucho la atención las historias contadas desde el punto de vista de un niño. Tienen ese toque de inocencia, ternura, sinceridad y espontaneidad que los adultos vamos perdiendo a medida que crecemos. Los pensamientos de un niño aún son puros, no están adulterados ni tan condicionados por las normas establecidas, la sociedad, la cultura, el qué dirán... Y por eso es tan necesario que les escuchemos, porque nos hacen ver lo incomprensible y absurdo que es tantas veces nuestro mundo de adultos.

Conocí a Alejandro Palomas con Guille, el protagonista de esta historia, un niño introvertido, con muchos sueños y una imaginación desbordante. Me enamoró desde las primeras frases, prácticamente lo leí de una sentada, así que busqué más libros de Alejandro. Tiene una forma de escribir con muchísima personalidad, que te llega hondo y te golpea, te hace despertar. Con personajes intensos, reales y con muchísima fuerza. Si aún no lo conoces ¡estás tardando!