La Regenta

Reseñar ciertos libros como “La Regenta”, de Leopoldo Alas “Clarín”, me hace sentir pequeña, indigna, víctima de este “síndrome del impostor” del que tanto se habla últimamente. Y es que ¿qué puedo decir yo de una obra maestra como esta? ¿Cómo puedo tener la osadía de intentar reseñar un texto de este calibre? Siento que cualquier cosa que diga va a estar a mil años luz de lo que es y representa esta magnífica obra.

Y es que nos encontramos ante la gran novela del siglo XIX español, reflejo de la sociedad española de la Restauración y crítica mordaz a las clases altas y al clero, lo que le generó grandes críticas y algún que otro enemigo al autor.

En mi opinión se trata de una novela atemporal, completísima, que si bien puede presentar cierta dificultad inicial por la cantidad de nombres y personajes que van apareciendo, pillarle el ritmo y amarla es todo uno. Con unos personajes maravillosamente definidos y desarrollados, un ritmo que va y viene según la intensidad de lo que va sucediendo y con un gran poder narrativo, Clarín nos regala una historia en la que subyace un exhaustivo análisis de las pasiones humanas y la lucha entre los instintos y la razón.

Una novela que deja impactada por la lucidez con que expresa la hipocresía de esta aristocracia esclava de sus pasiones y sus costumbres, por la dura crítica (en unas ocasiones velada y en otras no tanto) que hace a la Iglesia, poniendo el foco en el clero, y por la capacidad del autor para transmitir cada momento vital y estado mental de los protagonistas.

Una novela brillante cuyos personajes tienen un mundo interior de una riqueza abismal, escrita de una forma exquisita y con unas descripciones que dejan patente que existen autores que hacen magia, dibujando cada objeto y cada lugar con una claridad fuera de lo común, rozando prácticamente la perfección.

Una auténtica obra maestra, sin lugar a dudas.