De bestias y aves

De bestias y aves, su cuarta novela ha sido galardonada con 4 premios : Premio Nacional de Narrativa y Premio de la Crítica en lengua castellana en 2023; Premio Francisco Umbral al Libro del Año + Premio Cálamo "Otra Mirada" en el 2022.

En esta novela (la segunda que le leo), puedo decir que existe un ámbito recurrente en sus escritos, un mundo propio y muy peculiar, desasosegante ; además que se siente la aptitud hacia la poesía con una prosa de gran lirismo. En de bestias y aves hay una atmósfera inquietante en simbiosis con la naturaleza, los animales y con las personas y el libro, complejo, abre muchas posibilidades de lectura y de interpretación. El lector baña en permanencia en un sentimiento de irrealidad inquietante, sobre todo que Adón trabaja el lenguaje sin diferenciar el "yo" del paisaje, ni el presente del pasado.

Hay cierta filiación y puntos comunes con otros de sus libros : menciones a encerramientos, en casas o espacios pequeños, el miedo, la huída.

En este libro la narración se hace a la tercera persona, lo que nos da cierta distanciación con el relato La protagonista es Coro Mae, una mujer joven, pintora, que huye de su entorno y de si misma porque sobrevive mal a cierto dolor y culpabilidad, lleva un trauma. Perdió a su hermana en un accidente del cual salió indemne.

Huye de tal manera atolondrada e ilógica (sin dinero, sin el celular, sin gasolina) que es un pleonasmo decir que se va a perder y estará bien perdida, desubicada.

Llegará a un lugar ocupado por mujeres que la obligarán a aceptar cobijo, pero de este cobijo Coro no se podrá liberar, al menos al principio. Es una comunidad de mujeres independientes que viven en cierta autarcía, pero con una neta jerarquización, la sensación que emana del lugar es claustrofóbica, habrá situaciones límites (el acto intencional de Gloria hacia Tobías, el único hombre en el relato, o la retención de una niña privándola de escolarización). Y esta niña que sigue a Coro a todas partes, sin dejar de hablar, pero sin que el lenguaje entre ambas sea coherente; la niña actúa como un robot programado a no contestar las preguntas de Coro.

Esta comunidad de mujeres tiene un elemento religioso fuerte porque ven la presencia de Dios en todas partes : en la poza, en la laguna, en los árboles...Y el agua, omnipresente, le da un tono mítico al relato, fuente de vida y de muerte porque en un momento Coro desea suicidarse y liberarse por el agua, pero será el agua su redención con la probable intervención de Rebeca, que la salvará del ahogamiento.

Quizás Coro abandonará la idea de huir porque en Betania (el nombre de la casa) encontró la presencia de su hermana muerta lo que le otorga el derecho de vivir y por fin en paz.

Una novela particular, diferente, con una atmósfera envolvente y malsana, donde nada queda explicado, sino supeditado al lector y dónde la irrealidad viene del fuerte lirismo de la autora que a su vez genera una extrañeza más onírica que realista.
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