Hijos de sangre y hueso

En esta primera entrega de la saga "Los legados de Orsha", se nos presenta un mundo en el que la magia existió, pero que quienes la poseen fueron perseguidos y son estigmatizados, porque se los reconoce por su pelo blanco. Nuestra protagonista, Zelie, recuerda cómo era la magia antes de desaparecer y dejar a su pueblo, los maji, desamparados ante una monarquía y unos nobles opresores. Será ella quien deba tratar de devolver la magia al mundo, con todo lo que este periplo conlleva, sin saber en quién puede o no confiar.

Uno de los puntos fuertes de esta novela es el universo que la autora crea, con la división de poderes, las tribus, y todos los guiños que hace a la cultura africana, además de presentarnos a unos personajes de piel negra como protagonistas. Si bien la trama del viaje mantiene muchos clichés, no por ello se hace menos entretenida, puesto que nos permite conocer más de cómo eran las cosas antes. No obstante, la historia que se desarrolla con Inan le quita lustre, puesto que es precipitada, con un desarrollo algo confuso y que va prácticamente en contra de la trama principal.

Con el final que te plantea estoy deseando descubrir cómo siguen las desventuras de Zelie en la segunda parte de esta saga, y si logran los maji recuperar los derechos que se les quitaron.

Colibrí.