Así comienza

En "Así comienza" encontramos un thriller poco usual, utilizando todos los instrumentos que tiene a su alcance para mantener la intriga. Nada es lo que parece, y a lo largo de sus páginas, las máscaras van cayendo, una detrás de otra, poco a poco hasta romper en su epílogo.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. La novela se aprovecha de los cambios de narrador para poder mantener la intriga, y aunque los cambios de persona (de primera a tercera, y viceversa) están muy bien llevados, los cambios de tiempo en la narración no tanto, y confunden más que otra cosa en la línea temporal.
El libro está dividido en tres partes, más prólogo y epílogo. El prólogo funciona a modo de cebo, porque la primera parte es la más floja: vuelve atrás en el tiempo para contarnos la vida corriente y moliente de Evie Clarke y su marido, Mark North, hasta momentos antes de que la policía les encuentre hechos una maraña de sangre y sábanas. Creo que el libro puede funcionar perfectamente sin esa primera parte, porque la chicha, los giros endiablados, los marca la segunda sección, en la cual la novela se convierte en un drama judicial.
Con lo que me gustan a mi los dramas judiciales y lo sobrecogedor que es este. La segunda parte se bebe en una tarde.
Otro pero: sus personajes. En realidad, todas las circunstancias que se dan pivotan en torno a Evie Clarke y su cuñada, Cleo North. de hecho, casi se podría decir que la protagonista es Cleo, a pesar de que el foco esté sobre Evie constantemente... y en un par de excepciones, sobre Stephanie King, la investigadora del caso.
Porque nos dice que es importante, sino el personaje de King pasa sin pena ni gloria. Mujer con problemas sentimentales, con la complejidad de un calamar. Las pruebas se frotan contra su cara para que pueda verlas, porque de por sí, la mujer no parecía dar con la tecla de nada.
La novela no deja cabos sueltos de los que poder tirar para segundas o terceras partes, autoconclusiva con final cerrado. Si os la tomáis como tal, tendría de nota un cuatro sobre cinco; pero como inicio de saga en la cual la protagonista es la agente Stephanie King... le pondría un tres y medio, siendo generosa. Los hechos se aclaran por si mismos gracias a una buena pluma de la autora, y no por la intervención del gran intelecto (que brilla por su ausencia) de la agente de policía que da nombre a la saga.
Un thriller que llevarse a la playa y que se lee volando...
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