Y retirarme para siempre de la realidad

Lo has hecho otra vez, mastuerzo, Maestro. Tal vez no "más… ¿armónica?, ¿redonda?, ¿señorial?, ¿noble?… Mejor. Estaba mejor. Era mejor, por decirlo con más precisión." que La cruz de Euge, que es tarea imposible superar la Maravilla, pero sí una más que digna sucesora, otro paso más en un camino de escritor irreprochable, Magnífico, portentoso.

Podría parecer una narración modesta: un par de escenarios (más un pub, La codicia, en una chisporroteante ocasión), un mes escaso, primera persona... Pero hay todo un Presidente, peripecias que harán que no puedas apartar el libro hasta que lo acabes, un juego coherente y sutil con los planos de realidad y, sobre todo, el estilo inconfundible del autor, con esa pasmosa facilidad de combinar el más logrado humor con la más alta verdad: así es la Vida, así es el Arte.

Entremedias, veremos cómo la euforia, la inspiración, la tentación y otras amigas (sin olvidar a la Rufa, la Paca, Sagri y más muchas más) se ceden el turno, comeremos lubina de río (o no), beberemos Feel the radical way, aprenderemos que no saber que las pintaditas de canela son para merendar es de idiotas y veremos documentales de la 2 mientras descansamos de nuestras tropelías.

Vuelve, asómbranos, préndenos, haz que la literatura, sin adjetivos ni paliativos, nos embauque y nos lleve a esa Realidad que está más allá, más acá de esa rutina que nos empeñamos en dejar que nos falsifique la visión, hasta que leemos a @luisadmirado y nos abre las puertas ocultas (¿en el armario? también) y nos redime.