Perfiles humanos

Vallejo-Nágera tenía el don de la amenidad. Estos perfiles humanos se ajustan perfectamente a su título: son "muy humanos", quizá "demasiado humanos", que diría Nietzsche. Nos presentan la cara más íntima de personajes históricos fascinantes, en concreto Lucrezia Borgia, Felipe III, Napoleón, Mozart, Beethoven y Rossini. Todos tienen gran interés, pero los dedicados a Napoleón y Mozart son de nota. La reconstrucción de los últimos momentos de la vida de ambos personajes, el tirano Napoleón y el genio entre los genios Wolfgang Amadeus Mozart, no tiene desperdicio. El completo análisis del genio de Bonn partiendo de una carencia curiosa: no sabía bailar e intentó aprender sin conseguirlo, es brillante. La figura opresiva del padre maltratador y borracho que quiso sacar partido de él y explotarlo como si fuera un nuevo Mozart es otra de las claves. Nos muestra sus problemas sociales y afectivos que tanto le hicieron sufrir. «En el primer contacto con Beethoven notamos que a todos les llama la atención tanto el talento como su pinta de palurdo…Beethoven durante toda su vida resultó una calamidad en el sector del cuidado de la apariencia personal y del hogar. El Beethoven cuarentón, desde el punto de vista de aseo, irrelevante en cuanto a la producción de un genio pero de importancia para su vida y relaciones personales, llegaba a resultar repulsivo… El carácter huraño arranca de la primera edad, ninguno de sus compañeros de infancia le rememora participando en los juegos, ni estableció amistad particular con nadie. Era tímido y reservado, indiferente a todo lo que no fuese música.»
Beethoven, ese genio arisco y desagradable, se nos presenta en su lado más humano, a través de anécdotas extraídas de cartas de sus amigos y contemporáneos.
Es muy ilustrativa del carácter de ambos la descripción del encuentro entre Beethoven y Rossini. «Beethoven habló en italiano pasable. "Ah, es usted Rossini, el compositor del El barbero de Sevilla, le felicito, es una excelente ópera bufa. La he leído y me ha hecho disfrutar. Se representará mientras exista ópera italiana. Nunca intente usted nada fuera de la ópera bufa, violentaría su destino al intentar éxito en un género diferente."» Hoy consideramos que la ópera cómica, o buffa como decían al modo italiano, puede tener el mismo rango o muy superior que una ópera «seria». Por ejemplo, dos de las mejores óperas de Mozart, que están en la cúspide, son óperas bufas, pero a pesar de este precedente decisivo, en su tiempo era un menosprecio considerar a un compositor sólo dotado para un género «menor». Por tanto Beethoven ofendía a Rossini con su comentario.»
Muy recomendable aunque descatalogado y difícil de encontrar. Deberían reeditarse este libro y puestos a pedir todos los de este autor que fue best seller en su momento y ahora está injustamente olvidado.