Siempre me han entusiasmado los libros ilustrados. Empezando por los que leía de pequeño, con sus fascinantes dibujos que hacían volar mi imaginación. Pasando por los tebeos, que un día empezaron a llamarse novelas gráficas porque ya se sabe, cuando a uno le sale barba ya no tiene edad para leer tebeos, así que le damos un nombre más guay y a seguir disfrutando de lo que nos gusta. Hasta que un día te encuentras leyendo un mamotreto de 700 páginas en el que la única maldita Ilustración es la de la portada. Pero como la cabra siempre termina tirando para el monte, he acabado con este precioso libro entre mis manos. Gracias por cierto a la gentileza de Nórdica Libros, y a Masa Crítica de Babelio. Esta antología poética es mi primera toma de contacto con Henrik Nordbrandt, y una vez leída estoy seguro de que no será la última. Él es tan nórdico como la editorial; danés de origen, sí, pero sientiéndose en casa a orillas del Mediterráneo, dónde ha vivido mucho, y eso se nota en su obra. Si se me hubiera presentado como un autor turco, como de hecho sugiere en el título de su libro publicado en 1978 ("Cartas de un otomano"), me lo hubiera creído. Su estilo es libre; "no se esperen la rima porque yo no aguanto la rima", nos dice. Y destaca su fino sentido del humor, con el que va sazonando aquí y allá, dosificándolo. Como dice Juan Marqués en su excelente prólogo, su poesía "resulta amable incluso cuando quiere ser dura". A la altura del talento del escritor están las ilustraciones de Kike de la Rubia, que acompañan al texto en perfecta armonía, y contribuyendo a que el libro sea muy bonito. Y no olvidemos al traductor Francisco J. Uriz, cuyo valioso trabajo nos permite disfrutar de esta obra en lengua castellana. En definitiva, un pequeño gran tesoro para amantes de la poesía, y de los libros en general. + Leer más |