Lila es una niña creativa y un poco despistada a la que se le pierden las cosas (o se caen al Lado de Atrás). Pero su madre no quiere oír hablar de eso, quiere que sea más cuidadosa con sus cosas y que su abuela no le llene la cabeza de historias. Es difícil no identificarse con nuestra protagonista... y también con su madre. Son personajes que se sienten cercanos, porque seguramente en nuestra infancia (y ya de adultos) hayamos tenido conversaciones muy similares a las suyas. Esto ya es suficiente para leer estas páginas con una sonrisa en los labios. La historia es sencilla, como corresponde, pero podemos ver a una protagonista resuelta y que no duda a la hora de corregir sus errores en un entorno algo mágico al que contribuyen las ilustraciones. Las llamo ilustraciones pero debo señalar que los fondos son bordados reales combinados con ilustraciones. de hecho, si nos fijamos en la foto de la autora, podemos ver una prenda que nos resultará familiar. Esto tiene su origen en que este libro fue creado para el proyecto "Palestinian Art History as Told by Everyday Objects" y está inspirado por el bordado tradicional palestino. En un primer momento, debido a una portada sobria en la que predomina el color negro, puede que no llame la atención de los niños en una librería. Pero su interior es una puerta a la imaginación en la que vemos árboles hechos de flecos y criaturas que surgen en el revés de los bordados. El único punto negativo que encuentro es la ausencia de una sinopsis en la contraportada, que puede disuadir a algunas personas a la hora de comprar este libro a ciegas. No quiero acabar sin dar las gracias a la editorial y al programa Masa Crítica que me han permitido conocer esta hermosa historia. + Leer más |