La botella de la suerte: 12

Podría estar toda la vida leyendo libros juveniles. Me lo paso genial y no solo eso sino que 𝒎𝒆 𝒔𝒐𝒑𝒓𝒆𝒏𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒊𝒓𝒐𝒏í𝒂 𝒅𝒆 𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓 𝒎á𝒔 𝒂𝒑𝒓𝒆𝒄𝒊𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒂𝒔 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂𝒔 𝒋𝒖𝒗𝒆𝒏𝒊𝒍𝒆𝒔 𝒂𝒉𝒐𝒓𝒂, 𝒔𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒂𝒅𝒖𝒍𝒕𝒂, 𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒓𝒂 𝒑𝒆𝒒𝒖𝒆ñ𝒂. Sobre todo, cuando se acerca la Navidad es cuando pienso en estas novelas que leía junto al árbol con las luces de colores parpadeando. Así que no es de extrañar que siga coleccionando este tipo de libros y que los lea en mi casa recordando aquellos tiempos.

Ya el año pasado leí y reseñé El lugar mágico de Chris Wormell, una historia que disfruté como una enana. La botella de la suerte, escrita e ilustrada por el mismo autor es otra pequeña joya para disfrutar con los peques de la casa y que recomiendo como regalo de Navidad.

𝑹𝒆𝒔𝒖𝒎𝒆𝒏: Un barco naufragaba en una tormenta y el agua arrastra a Jack, el único superviviente, hasta la orilla de una isla desierta. Jack, un muchacho de diez años, se encuentra en la isla con un inesperado amigo y juntos pasarán unas animadas aventuras y comenzarán a idear un plan para regresar a casa.

La temática es la misma que la de un libro para adultos, las aventuras de Jack en una isla desierta, pero escrita con un lenguaje más sencillo y que el lector, niño o adulto, se identifique con los personajes, Jack y el misterioso habitante de la isla, en este caso. Así que, si me permitís, y desechando la etiqueta de juvenil que tanto detesto, este libro podría considerarse para adultos. Eso sí, la historia es más sencilla y el narrador se muestra más cálido y comprensible con el lector.

Y si estamos atentos a la lectura, el narrador nos lo pondrá fácil y encontraremos varias alusiones a libros de marineros y piratas malvados, y como no, habrá moraleja para fomentar los valores, que nunca vienen mal.

Además, las simpáticas ilustraciones en blanco y negro se muestran 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒂𝒈𝒖𝒅𝒊𝒛𝒂𝒓 𝒆𝒍 𝒊𝒏𝒈𝒆𝒏𝒊𝒐 y para sembrar la imaginación del lector.

No puedo decir más que es una historia maravillosa ¡y muy instructiva!

𝑴𝒊𝒔 𝒊𝒎𝒑𝒓𝒆𝒔𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔: Desde pequeña me ha gustado que me contasen cuentos y relatos que fueran desde lo más oscuro a lo más luminoso y ahora, que soy mayor, no puedo evitar leer todo tipo de historias.

Llegando este tiempo de esperanza e ilusión, y ya siendo mayor, siento la necesidad de leer literatura juvenil. Me gusta ¡Qué le voy a hacer! Me trae buenos recuerdos y de paso alimenta mi lado más infantil, que no quiero perder nunca.

Sin más, este libro es estupendo. No puedo decir otra cosa. Tanto El lugar mágico como La botella de la suerte son dos buenos regalos para estas Navidades.
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