Cuando llegan las vacaciones siempre busco lecturas para compartir con mis hijos y sobrinos, entretenido, divertido y a la par que enseñe, que deje huella, que meta el gusanillo en la Historia y, sobre todo, que se planteen preguntas. ¿Quiénes fueron Merit-Ptah y Peseshet? ¿Se sociabilizaba mientras se defecaba? ¿Cómo murió Heliogábalo? En una letrina, esta os la contesto, fue capturado por la guardia pretoriana, le introdujeron una esponja en la boca, esa que usaban todos para limpiarse, y se asfixió. ¿Se cobró un impuesto por orinar? No daremos ideas a nuestros políticos. ¿Cómo usaban la orina? No hace mucho leí un articulo sobre esto, celebridades que la usan para tratamientos rejuvenecedores. Leyendo a Alejandra Hernández, la belleza de Versalles se me ha caído, ¡señor del amor hermosos! Esto no me lo esperaba. Aquí huelo a muerto, con esta historia empezó la guía su visita por el cementerio de la Almudena, pero me gusta cómo empezaron a entrar esos cadáveres en las iglesias, al final todo radica en lo mismo. Si con esto no os picó la curiosidad, en este punto tenía a mis hijos y sobrinos más que enganchado, luego explicaré por qué les gusta tanto los temas escatológicos, vamos con los piojos. Me picó la cabeza durante todo el capítulo, cuando era niña duraban primavera y principio de verano, con mis hijos en cualquier estación del año, el colegio y el campamento eran un suplicio. Lo importante de este capítulo no es lo resistentes que se han vuelto, sino ¿se puede elegir un jefe municipal por el número de piojos que tiene? Y como guinda del pastel, le pregunto al pequeño de la tribu, que recuerdas del libro de Alejandra, la peluca hecha de vello púbico, él no dijo tal palabra, uso otra. Vello púbico de sus amantes. Los temas escatológicos atraen la atención de los más pequeños, sin pretenderlo, de una forma divertida y amena, recuerdan datos aislados de una Historia que no se da en las escuelas, pero por qué les gusta tanto. Lo primero, recordad que el sentido del humor de los niños es diferente, las palabras prohibidas en público son muy atractivas, rompen las normas de los buenos modales y saca a relucir algo íntimo como la caca, el pis y demás, les genera risa, todos somos un poco cotillas y, porque no, vieron que a mí me provocó atención. Muy recomendable. + Leer más |