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ISBN : 8419556653
72 páginas
Editorial: Editorial Cuadranta (30/11/-1)

Calificación promedio : 5/5 (sobre 2 calificaciones)
Resumen:
Breve ensayo sobre el exterminio de las flores' es un homenaje mínimo a las víctimas de los campos de exterminio nazis. El horrífico padecimiento del Holocausto se entremezcla en estas páginas con la fragancia eternal que, como las flores, desprende la vida humana.

Impelido por recuerdos de la infancia junto a su abuelo, Björn Blanca van Goch proyecta, desde el pasado, un texto que se aferra a la esperanza del futuro.

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Críticas, Reseñas y Opiniones (2) Añadir una crítica
Beatriz_Villarino
 30 August 2023
No se puede decir tanto en tan poco espacio y Björn Blanca van Goch lo hace. Breve ensayo sobre el exterminio de las flores es un canto a todos aquellos que han soportado los embates de la maldad humana, especialmente el pueblo judío. Un homenaje a los más débiles que por diversas circunstancias han sufrido, individualmente y como pueblo, acciones intensamente dañinas repetidas en el tiempo; repetidas porque quienes las infligían los consideraban prescindibles.

Hay que leer este poemario para ponernos en el lugar del agredido: no hay nadie irrelevante, nadie es accesorio; hasta la flor más débil, más pequeña, cumple su función y es bella. Todas lo son. Y, lo más importante: no son destructibles porque siempre nacerán otras.

Para entender esto hemos de hacer lo que el autor: mirar en nuestro interior, ahí donde residen los miedos, las frustraciones; enfrentarnos a ellos, asimilarlos hasta entender que no tienen sentido. Solo así podremos dejar de justificar aquellas acciones que atentan contra el otro y, por tanto, contra la propia sociedad en la que vivimos.

Breve ensayo sobre el exterminio de las flores está dividido en cuatro partes: Arbeit macht Frei, Vegetabilia, Líquidos y liquidaciones y Locus amoenus. En la primera parte Björn iguala el hombre a la naturaleza, los campos de exterminio son campos de flores y cada una de ellas un hombre judío. A pesar de ser arrastradas cuando ya no tienen vida, las flores, el pueblo judío, siguen luchando para permanecer «plantados en la tierra» (Tempestad).

El poeta consigue crear cierta tensión cuando descubre los sentimientos que despertaron esos campos, donde el trabajo no iba a ser una liberación para los hombres allí apresados. Para vergüenza de la humanidad, Blanca van Goch nos recuerda las matanzas a sangre fría con versos anafóricos que inciden en el odio sufrido, la angustia, el dolor, la tristeza, la tortura. Algo que podría haber sido evitado con la conexión necesaria para percibir los sentimientos del agredido

Siempre habría sido posible
sentir la primavera
(פרילינג)

Vegetabilia dota al pueblo judío de una cualidad natural: que tiene la posibilidad de crecer. Como cualquier vegetal que, además, a pesar de ser marcado como infame con el estigma de la tortura, posee el estigma de las flores «un símbolo de vida».

El pueblo judío, aun martirizado, permanece embellecido y poetizado, en los versos libres de Björn, con el refuerzo de la derivación:

Flores
con el alma
a flor de piel
(Saberes)

Como algo sagrado, estos tres versos conforman uno solo. En este verso, roto, las flores forman parte del ser humano; el alma permanece encerrada en la materia para ser junto a ella un mismo cuerpo; constituye la esencia, el centro del ser donde la muerte, como concepto, desaparece y solo queda la noción de morir, cuando el cuerpo trasciende lo material para que sea el alma la que perviva «…más allá / de la última frontera» (Riego).

En realidad, tanta barbarie no puede ser aceptada sino desde lo más íntimo, desde lo espiritual; sólo la palabra es capaz de cambiar esa crueldad. Y el poeta es un maestro de la palabra, por eso suprime las que no quiere, en Paisaje bucólico, hasta conformar otra verdad

Respirar aquel aire de las cámaras

era suficiente para elevar el alma

Formalmente, el verso elidido (arriba) sugiere en la mente del lector lo contrario de lo expresado en el último: el alma se eleva cuando ha quedado aplastado el cuerpo inocente.

Los cuerpos más inocentes permiten que sus almas sencillas florezcan con más energía, por eso los niños de Reino vegetal son declarados «…los reyes / de aquella monarquía».

El pueblo judío toma la fuerza que aporta la aliteración de la vibrante múltiple para apoderarse de raíces que lo dejan bajo tierra, mientras nos descubre una imagen renacentista de sí mismo como árbol enraizado al cielo que aspira a la eternidad; el cuerpo muerto no importa, porque si ha sido bello y luminoso será eterno

Las flores —sin colores—
brillan como las estrellas
(Sin color)

Esas flores, cada una diferente a la otra, consideradas como ramo para cometer uno de los peores genocidios, quedarán secas y esparcidas por la tierra, por eso la palabra de Blanca van Goch pasa del verso libre a la prosa cuando no encuentra belleza en el hecho ocurrido, hasta que, de nuevo, el pueblo judío resurge con cierto lirismo afligido, con el que nuestro ánimo se hunde

Es imposible… imposible cargar
con el peso de la tristeza de ese ramo
(Taxonomía Linneana)

Hay tristeza en los poemas, pero las imágenes sugestivas y las metáforas sinestésicas viven en los versos para convertir los rostros de ese pueblo lacerado en símbolo de pureza y amor

un poema sobre alambradas
que son rosales
llenos de rosas
(Espinas y espinos)

¿Puede un mismo elemento ser fuente de vida y destrucción? En Líquidos y liquidaciones la pluma de Björn se desliza implacable para dibujar palabras; a veces basta repetir un verso suprimiendo las comas para que el significado se ajuste a la libertad que anuncia la forma; otras, el apoyo de la rima iguala la vida a la poesía, el agua al renacer tras la destrucción, más evidente, si cabe, al ver el último verso quebrado: «lirismo-bautismo», «transparente-fuente»,

en esos campos fuiste solo



abismo
(Agua)

Los poemas tienen finales impactantes que en ocasiones resumen, con pareados anafóricos, el contraste implacable de los antónimos, unidos para conformar un todo «Obra viva y obra muerta» (Línea de flotación).

Otras veces, los versos van desapareciendo, con ayuda de síncopas «sufri ento», omisiones completas o apócopes, «quebr », para poner de manifiesto cómo fueron siendo vaciados los seres humanos.

En Cortar de raíz nuestro poeta malagueño-holandés expone la denuncia más efectiva de ese genocidio al sacralizar su recuerdo mediante un anatema de carácter científico

otra cosa es
que te gaseen en masa
con pesticida Zyklon B
(Cortar de raíz)

Un genocidio que supuso tronchar millones de vidas antes de completarse, por eso Björn en La siega corta el soneto por la mitad y deja solo las dos primeras estrofas. El poema es el propio pueblo judío, cercenado.

En Locus amoenus, la muerte de los judíos queda inmortalizada con la sustantivación de una forma no personal. El paso del tiempo, tan usual en la poesía del siglo XVII, y el desengaño metafísico de Quevedo reviven en nuestra memoria cuando leemos

Nací.
Mi muerte es gerundio
desde entonces.

Pero el pesimismo barroco queda relegado cuando Blanca van Goch se muestra vengativo en Hoja por hoja con aquellas palabras que le quitan el sueño, mientras él aspira a la quietud en Florecer.

Sin embargo, todos agradecemos que no deje de escribir, porque leyendo a Björn pensamos mejor, reflexionamos mejor e intentamos ser mejores personas.

Enlace: https://elblogaurisecular.bl..
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Hefesto
 18 October 2023
“Es imposible… imposible cargar con el peso de la tristeza de este ramo”

No hay nada más cruel que el olvido. Nada más injusto ni peligroso. Hemos de mirar al futuro, sí, pero conviviendo con nuestras cicatrices. No debemos borrarlas ni ocultarlas, recordar la tragedia es necesario. Tal vez sea lo único que podamos hacer ya por las vidas que fueron arrebatadas. Ha pasado casi un siglo del Holocausto. Nada de lo que pasó nos es ajeno, nada nos asombra. Hemos visto demasiadas películas y documentales sobre lo que ocurrió. Hemos leído demasiados libros. Nos hemos insensibilizado porque siempre hemos puesto el foco en los culpables, en quienes dieron las órdenes y en quienes las obedecieron. Cuando estos murieron, se acabaron nuestras ansias de venganza. Cuando no tuvimos a quien señalar, pasamos página. Pero nada ha cambiado para las víctimas. Las flores fueron segadas y “Nunca unas aguas arrastraron tanto por un sumidero”.

Debemos recordar. No los lugares, las fechas, y las cifras, sino a las personas que padecieron. A las que visitaron el infierno y tuvieron que morir para poder escapar de él. Convivir con las cicatrices y no ocultarlas. Dejar que nuestros dedos se deslicen por ellas en paz y sin vergüenza, asumiendo que el dolor que provocan, que provocarán siempre, nos hace bien.

Björn Blanca van Goch ha escrito un poemario imprescindible. Un ensayo contra el olvido que no clama venganza. Que no señala a los culpables, ya los conocemos de sobra. Que elimina el ruido, invita al recogimiento y la reflexión, e impide que el viento se lleve todo lo escrito y documentado como se lleva las flores que han sido cortadas.

Sus versos, cargados de dolor, de respeto y de una desesperación que trata de contenerse, provocan en el lector una irrefrenable melancolía que, aunque parezca contradictorio, desemboca en el sosiego que conceden la aceptación y el entendimiento. Como apunta Beatriz Villarino en el (maravilloso) prólogo, “Sus palabras escritas, sacralizadas, convierten un pueblo dolorido en un ser espiritual”. Y lo consigue proyectando imágenes, breves instantes en el contexto de la barbarie que, como fotografías, se imprimen en nuestra alma.

Sus brazos parecían ramitas. Sus piernas, tallos a punto de quebrarse. Fueron tantas las vidas desperdiciadas… Este Breve ensayo sobre el exterminio de las flores es un antídoto contra el olvido y la indolencia. Una obra única y hermosa que construye, no destruye. Que invita a la reflexión en vez de a la venganza. Que libera nuestra mirada de cualquier carga o responsabilidad más allá de mantener viva la llama del recuerdo y que no busca avergonzarnos como especie, sino elevarnos.

Los nazis, que robaban vidas como robaban arte, nunca entendieron el valor de lo único y lo irrepetible. Eran heraldos del horror y la infamia que nunca supieron ver dónde estaba realmente la belleza. Si volviesen, quemarían este poemario. Perseguirían a su autor, porque sus versos denuncian lo que hicieron y combaten la esencia de lo que fueron. Porque nada podrían hacer ante su belleza. Porque no tendrían ninguna otra forma de apagar su sentimiento.

Enlace: https://elyunquedehefesto.co..
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Citas y frases (1) Añadir cita
HefestoHefesto18 October 2023
Es imposible… imposible cargar con el peso de la tristeza de este ramo
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