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Un thriller frenético que lees del tirón, imposible soltarlo. Después de haber leído El escondite de Greta, me animé con esta novela corta y ha sido un acierto. Me ha encantado volver a Redes, la ambientación está muy lograda y te hace sentir ahí con una narrativa que no te suelta. Nuevos personajes y reencuentros con otros de la anterior novela como Yago o el librero, aunque ambas novelas pueden leerse independientemente. Es una nueva trama en la que destaca la llegada de una pareja, Zoe y Mario. A pesar de que es cortita, doscientas y pico páginas, cada personaje tiene su voz, destaco a la inspectora Ana Valdetierra, cuyo arrojo y mala leche me han encantado, y desarrolla un poco la historia de Yago y su verdadera personalidad, un personaje al que se le llega a coger cariño en este regreso a Redes.

Llena de intriga y con un giro que no me esperaba para nada, pese a unos acontecimientos atroces que te encogen el corazón, el final me ha parecido el mejor.

Lectura muy recomendable.