El orden del día de Éric Vuillard
“Lord Halifax divisó junto al coche a una figura a la que tomó por un sirviente. Creyó que el hombre acudía a su encuentro para ayudarle a subir las gradas de la escalinata. Entonces, mientras abrían la portezuela del coche, Halifax le tendió el abrigo. Pero, en el acto, Von Neurath o algún otro, tal vez un criado, le susurró al oído con voz ronca: «¡El Führer!». Lord Halifax alzó los ojos. En efecto, era Hitler. ¡Lo había tomado por un lacayo!
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