El orden del día de Éric Vuillard
Nunca se cae dos veces en el mismo abismo. Pero siempre se cae de la misma manera, con una mezcla de ridículo y pavor.
|
Calificación promedio: 5 (sobre 53 calificaciones)
/
El orden del día de Éric Vuillard
Nunca se cae dos veces en el mismo abismo. Pero siempre se cae de la misma manera, con una mezcla de ridículo y pavor.
|
La guerra de los pobres de Éric Vuillard
Hicimos una expeditiva irrupción en la ciudad, la conquistamos y matamos a cuantos hombres se hallaban allí, saqueamos la ciudad y, de tal suerte, con la ayuda de Dios, alcanzamos dicho día la victoria y el triunfo, del que debemos con razón dar gracias al Todopoderoso con la esperanza de haber cumplido y ejecutado una buena obra. Hubo cuatro mil muertos.
|
El orden del día de Éric Vuillard
Las maniobras más brutales nos dejan sin voz. Uno no se atreve a decir nada. Un ser demasiado educado, demasiado tímido, en lo más hondo de nuestro interior, contesta en vez de nosotros; dice lo contrario de lo que habría que decir.
|
El orden del día de Éric Vuillard
Es curioso cómo, hasta el final, los tiranos más convencidos respetan vagamente las formas, como si quisieran dar la impresión de que no se saltan por las buenas los trámites administrativos mientras transitan abiertamente por encima de todas las leyes (…) obligando a sus enemigos a cumplir, por última vez, los rituales del poder que ellos mismos están dinamitando.
|
El orden del día de Éric Vuillard
Nunca se cae dos veces en el mismo abismo. Pero siempre se cae de la misma manera, con una mezcla de ridículo y de pavor. Y uno quisiera tanto no volver a caer, que se agarra, grita. A taconazos nos quiebran los dedos, a picotazos nos rompen los dientes, nos roen los ojos. El abismo está jalonado de altas moradas. Y la Historia está ahí, diosa sensata, estatua erguida en medio de cualquier Plaza Mayor, y se le rinde tributo, una vez al año, con ramos secos de peonías, y a modo de propina, todos los días, con pan para las aves
|
La batalla de Occidente de Éric Vuillard
¿Quiénes somos? ¿Qué hacemos aquí, entre cadáveres, en esa extraña insensibilidad del mundo? Nada. No hacemos nada. En el hospital he visto a heridos muy graves envueltos en sus vendajes de gasa, con la cruz de guerra prendida en el busto. Detrás del muro he visto las tumbas.
|
El orden del día de Éric Vuillard
“Gustav, antes de que pasara las riendas a su hijo, fue la creación del Berthawerk, una fábrica concentracionaria con el nombre de su mujer; sería una suerte de homenaje. Vivían allí negros de mugre, infestados de piojos, caminando cinco kilómetros tanto en invierno como en verano calzados con simples zuecos para ir del campo a la fábrica y de la fábrica al campo. Los despertaban a las cuatro y media, flanqueados por guardias SS y perros adiestrados, los golpeaban y torturaban. En cuanto a la comida de la noche, duraba a veces dos horas; no porque se tardase ese tiempo en comer, sino porque había que esperar; no había suficientes tazones para servir la sopa.
|
El orden del día de Éric Vuillard
“Lord Halifax divisó junto al coche a una figura a la que tomó por un sirviente. Creyó que el hombre acudía a su encuentro para ayudarle a subir las gradas de la escalinata. Entonces, mientras abrían la portezuela del coche, Halifax le tendió el abrigo. Pero, en el acto, Von Neurath o algún otro, tal vez un criado, le susurró al oído con voz ronca: «¡El Führer!». Lord Halifax alzó los ojos. En efecto, era Hitler. ¡Lo había tomado por un lacayo!
|
El orden del día de Éric Vuillard
“Con el fin de consagrar la anexión de Austria, se convocó un referéndum. Se detuvo a los opositores que quedaban. Los sacerdotes instaron desde el púlpito a votar a favor de los nazis y las iglesias se ornaron con banderas con cruces gamadas. Hasta el antiguo líder de los socialdemócratas pidió que se votara sí. Apenas se alzó alguna voz discordante. El 99,75% de los austriacos votó a favor de la incorporación al Reich
|
El orden del día de Éric Vuillard
A corrupção é uma rubrica incompressível do orçamento das grandes empresas, a que se dá vários nomes, lobbying, prendas, financiamento dos partidos.
|
Gregorio Samsa es un ...