La primera incursión de Álvaro Ortiz en el cómic infantil es una historia sencilla pero sin faltar a su estilo personal. En ella reinventa algunos de los elementos habituales de los cuentos orientales y actualizadas a nuestro tiempo con humor y gracejo. Respecto a las ilustraciones son 100% como en sus cómics para adultos pero más "alegres", sencillas pero con encanto, minimalistas pero plagadas de detallitos y una paleta de colores encantadora. En definitiva, un libro para toda la familia. |