Confesiones de una máscara de Yukio Mishima
Me di cuenta de que nuestros corazones, como si estuvieran infectados de un virus maligno, estaban siendo devorados por el inquietante despertar que interrumpían brutalmente nuestro sueño feliz, estaban siendo devorados por el inútil placer de nuestro sueño contemplado desde el umbral de la conciencia.
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