El rey Lear de William Shakespeare
Estos últimos eclipses del sol y de la luna no presagian nada bueno. [...], la naturaleza misma se encuentra asolada por los efectos consiguientes: el amor se enfría, la amistad se acaba, los hermanos se apartan; en las ciudades, motines; en los países, discordia; en los palacios, traiciones; rotos los lazos que unen al hijo con el padre [...]. Hemos visto lo mejor de nuestro tiempo: maquinaciones, sordidez, traición y toda clase de desórdenes ruinosos que siguen inquietándonos hasta en la tumba. |