William Shakespeare

No es justo vengarse en los que viven por los que no existen. No se heredan los delitos como las tierras.

Lo que deseas lo conquistarás más pronto con tu sonrisa que lo arrancarás con tu espada.

Se ha derramado el vino de la vida y solo quedan posos para gloriarse en la bodega.

El mal que hacen los hombres perdura sobre su memoria.

Los más sólidos juramentos son paja para el fuego de la sangre.

No os fiéis del agua hipócrita de sus ojos, pues a la villanía le cuesta poco trabajo llorar; y acostumbrado a recurrir a las lágrimas sabe darle impresión de piedad y de inocencia.

Al inicio de esta obra teatro podemos pensar que se trata de una tragedia más de Shakespeare, pues tenemos una pareja de enamorados (Hermia y Lisandro), a cuya unión todos se oponen, un tercero que reclama el amor de la joven (Demetrio) y otra dama que profesa su amor por el tercero (Elena).

Hasta ahí todo es bien conocido, sin embargo, al entrar en un bosque su idilio es observado por el rey de las hadas Oberón, quien anda en sus propios asuntos con su reina Titania, pero se interesa por los enamorados y en su afán de arreglar las cosas envía a Puck, un travieso duende a “intervenir” en favor del amor. Es entonces cuando todo se desarma y se convierte en una divertida comedia, donde los malentendidos afectan cada uno de los implicados y ya no se sabe quién quiere a quién.

Es una obra corta y amena, se lee en un ratito con una gran sonrisa en el rostro. Recomendada.

Sé amable, mas nunca vulgar;
a quienes sean tus amigos, con amistad probada, amárralos al alma con ganchos de acero.

¡Mi amor ha nacido de mi único odio!
Muy pronto lo he visto y tarde lo conozco.
Fatal nacimiento de amor habrá sido
si tengo que amar al peor enemigo.

Los cobardes mueren muchas veces antes de su muerte; los valientes sólo saborean la muerte una vez.

¿Quién podría tolerar tanta carga,
gimiendo y sudando, sometido a una vida penosa?
Tan sólo el temor de algo más allá de la muerte,
-aquel país ignoro, de cuyas comarcas
ningún caminante retorna- nubla la voluntad,
y más bien nos hace soportar los males que tenemos,
en vez de huir hacia otros que no conocemos.

El peso de un cruel tiempo debemos asumir,
diciendo lo que es cierto, no lo que hay que decir.
Los más viejos pasaron penas que los jóvenes no veremos.
Ni tanto como ellos nosotros viviremos.

Romeo, por el amor que te profeso he de decirte solamente una cosa: que eres un villano.

Nada existe más real que la nada.

Conservar algo que me ayude a recordarte sería admitir que te puedo olvidar.

Ojos seniles,
si volvéis a llorar por esto la arrancaré

¡Ojos, mirad por última vez! ¡Brazos, dad vuestro último abrazo! ¡Y vosotros, labios, puertas del aliento, sellad con el legítimo beso una concesión sin término a la muerte rapaz! [... ] ¡Ah veraz boticario! Tu droga es rápida: así muero con un beso.

La vida es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que no tiene ningún sentido.

Cuando el cielo se encapota, el sabio coge su capa.

ENTERRADOR
... Y es una pena que los grandes tengan más derecho
a ahogarse o colgarse que sus hermanos cristianos... En la antigüedad no había más señores que los jardineros, cavadores y sepultureros. Tenían el oficio de Adán.
COMPAÑERO
¿Adán fue caballero?