Siempre hace bien leer poesía. Siempre. Y cuando nace de un poeta contemporáneo, de esos que podés cruzarte en un bar y compartir una fresca, más. Poeta en Nueva York es una belleza para sentarse leerla de corrido. Vivencias en Nueva York, como el poema al puente de Brooklyn, o cosas más personales, como las palabras dedicadas a su hijo como padre separado. Si se cruzan con este libro, no duden en hacerse de un ejemplar: van a llevarse una pequeña maravilla con compromiso social. |