Apegos feroces de Vivian Gornick
Si ella trabajara, él no tendría que encerrarla en casa. No estaría mal de la cabeza y podría mandar al marido al carajo. ¿No se te ha pasado por la cabeza sabelotodo?. Me he dado cuenta de que, cuando una mujer no puede mandar a un hombre al carajo, con frecuencia acaba loca.
|