Orlando de Virginia Woolf
La costurera es la Memoria, y por cierto bien caprichosa. La Memoria mete y saca su aguja, de arriba abajo, de acá para allá. Ignoramos lo que viene enseguida, lo que vendrá después. [...] De ahí que Orlando, al mojar su pluma en la tinta, viera la cara burlona de la princesa perdida.
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