Orlando de Virginia Woolf
Es todo una ilusión (nada que objetar, pues las ilusiones son las más valiosas y necesarias de las cosas, y la mujer que puede crear una está entre los mayores benefactores de la humanidad), pero como es bien conocido que las ilusiones se hacen añicos al colidir con la realidad, ni la felicidad real ni el ingenio real ni la profundidad real se toleran donde prevalece la ilusión.
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