Flush de Virginia Woolf
A Flush debió causarle una impresión tremenda. Hasta entonces, no conocía más casa que la modesta finca de labor de «Three Mile Cross». Allá estaban vacías las alacenas; las esteras, gastadas; y las sillas eran de clase barata. Aquí nada estaba vacío, nada había que estuviera gastado ni que fuera de clase barata. Flush pudo darse cuenta de esto de un solo vistazo
|