La Señora Dalloway de Virginia Woolf
Pero el futuro de la civilización está, pensó, en manos de jóvenes así; de jóvenes como había sido él hacía treinta años; con su amor por los principios abstractos, haciendo que le enviaran libros desde Londres hasta un pico en el Himalaya, leyendo libros de ciencia, leyendo libros de filosofía. Él futuro está en manos de jóvenes así.
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