Laura de Vera Caspary
Me mantengo fiel a mis prejucios. Sigo considerando la historia de misterio convencional como un exceso de ruido y de furia, que lejos de no significar nada, representa una necesidad bárbara de violencia y venganza en esa horda tímida que se conoce como el público lector. La literatura de investigación de asesinatos me aburre tan profundamente como su práctica irritaba a Mark McPherson. Y aun así, me siento obligado a contar esta historia, igual que él se vio obligado a continuar con sus pesquisas, por una implicación emocional profunda con el caso de Laura Hunt. Ofrezco este relato no como un cuento detectivesco, sino como una historia de amor.
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