Hubo un jardín de Valeria Correa Fiz
Supe, por último, que buscaba desesperadamente que ocurriera algo, cualquier cosa (la más imbécil, brutal o decepcionante) que la sacara del aburrimiento y la monótona desesperación de su vida.
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Hubo un jardín de Valeria Correa Fiz
Supe, por último, que buscaba desesperadamente que ocurriera algo, cualquier cosa (la más imbécil, brutal o decepcionante) que la sacara del aburrimiento y la monótona desesperación de su vida.
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Hubo un jardín de Valeria Correa Fiz
[...] ahora sé que cuando deseamos el tiempo y el espacio son unidades de medida a destrozar.
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Hubo un jardín de Valeria Correa Fiz
Es curioso: cuando hablamos de las vicisitudes de la Vida, así con mayúsculas y en abstracto, parece que lo estamos haciendo de algún libro; y cuando hablamos de un libro, de sus personajes y particularidades, parece que estamos hablando de la vida.
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Hubo un jardín de Valeria Correa Fiz
-Lleva muchas horas arrastrar la tristeza interior hacia la rectitud del pentagrama.
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Hubo un jardín de Valeria Correa Fiz
Los objetos son huellas del pensamiento: nos hablan, nos dicen cosas de sus dueños.
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Hubo un jardín de Valeria Correa Fiz
Vaciar: ¿una mujer sin sus órganos reproductores es una cáscara?
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La condición animal de Valeria Correa Fiz
"Era mi marido que regresaba. Se había dejado los documentos en casa. Olvidar su documento fue su forma inconsciente de dejar atrás su identidad. Él no era quien decía ser hacía ya mucho tiempo." ('Una casa en las afueras', Pág.28).
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La condición animal de Valeria Correa Fiz
"A lo largo de mi vida he ayudado a tanta gente que las caras se me amontonan en la memoria como en un mal sueño o bruma de ayahuasca, pero siempre estará conmigo, inconfundible, la cara de Esteban en la morgue del Pío X. Detesto los hospitales. Su arquitectura carcelaria y la tiranía de los médicos que por el bien del cuerpo te mutilan de a poco la voluntad y el alma. Agujas, horarios, antibióticos. A mi no me fue mal; a Esteban, en cambio, le amputaron las manos." ('Nostalgia de la morgue', Pág.87). |
La condición animal de Valeria Correa Fiz
"Matías mira una vez más el viejo revólver de su padre. Lo va a hacer. Lo tiene que hacer él antes de que lo hagan los otros. Le debe al menos eso al perro y es lo que hubiera querido su hermano Francisco. Se lo había advertido mil veces al Fran, hacé rajar a ese perro de acá, pero nada." ('Perros', Pág.81).
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La condición animal de Valeria Correa Fiz
"Los veranos de mi infancia transcurrieron en el campo, en la casona de mis abuelos. Sé que imaginarán una vieja casa estilo Tudor con la fachada de enredadera, un piar amable de pájaros y el olor a pan recién horneado por la mañana. Y también: leche fresca, quizá una abuelita con agujas en un sillón de orejas y, al pie de la chimenea apagada, un labrador manso. Al salir por la puerta trasera, habrá un par de bicicletas tumbadas en la hierba cerca de la huerta. La savia, el olor a libertad del verano, sé que imaginarán todo eso pero les advierto: no lo hagan." ('Lo que queda en el aire', Pág.55). |
Hubo un jardín de Valeria Correa Fiz
Pensar diferente, lo sé ahora, es una de las formas más profundas de la soledad.
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Hubo un jardín de Valeria Correa Fiz
-A ver, los ojos demuestran el estado de ánimo: amor, deseo, pena, esas cosas. La cursilería de que los ojos son el espejo del alma viene a decir que hay algo contenido en la mirada, aunque a veces uno no sepa qué es.
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La condición animal de Valeria Correa Fiz
["Lo que no fui capaz de decir, lo que no supe decir, lo que dije y diré de más son como granos de arena. Se sumaron y se suman hasta el desierto que soy: esta soledad es salvaje."]
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_________Cerditos