La ciudad de los fantasmas de V. E. Schwab
-Si, elegiste-comenta suavemente-. Tal vez no pronunciaste palabras especiales, pero estas sentada aquí, viva, cuando deberías estar muerta. Recibiste algo y tienes que devolverlo. Tú y yo... podemos cruzar el Velo, estamos destinadas a hacerlo, porque tenemos un trabajo que realizar al otro lado. Y es hora de que te pongas a trabajar.
|