Una obsesión perversa de V. E. Schwab
Había personas a las que era mejor no acercarse, personas que envenenaban todo lo que estaba a su alcance. Había personas con las que uno quería quedarse, capaces de persuadir a cualquiera y de resolver cualquier cosa. Y luego estaban aquellos con quienes convenía quedarse a su lado, porque eso significaba no estorbarles el camino.
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