Una obsesión perversa de V. E. Schwab
(…) era callado por naturaleza, pero lo era más aún bajo presión, lo que daba a sus compañeros la impresión de que sabía lo que hacía, aun cuando no era así.
|
Una obsesión perversa de V. E. Schwab
(…) era callado por naturaleza, pero lo era más aún bajo presión, lo que daba a sus compañeros la impresión de que sabía lo que hacía, aun cuando no era así.
|