Una obsesión perversa de V. E. Schwab
(…)y ansiaba encontrar su silencio, su paz, su zen personal, en la lenta anulación de las palabras de otro.
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Una obsesión perversa de V. E. Schwab
(…)y ansiaba encontrar su silencio, su paz, su zen personal, en la lenta anulación de las palabras de otro.
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