Ariel de Sylvia Plath
Los tulipanes deberían estar entre rejas como fieras salvajes; se abren como las fauces de un felino africano y me vuelvo consciente de mi corazón: abre y cierra su búcaro de flores rojas de puro amor por mí. El agua que me ofrecen es cálida y salada, como el mar, y viene de un país lejano como la salud. |